El pasado domingo 30 de enero 2022 se jugó en Melbourne la final del Abierto de Australia entre Nadal y Medvedev. Todos conocemos el resultado final en el que resulto ganador Nadal pero es importante analizar las condiciones en las que se dio esa victoria y sacar conclusiones que pueden ser aplicadas en el ámbito de nuestro desarrollo profesional.
Estas condiciones serían las siguientes:
– Nadal tiene 35 años edad que, para el deporte de alta competición, se considera avanzada.
– Llevaba 6 meses sin jugar debido a una lesión en el pié que requirió de una operación y de la consiguiente rehabilitación, circunstancia que hizo pensar al propio Nadal que tendría dificultades para volver a jugar un Gran Slam.
– En la final, fue por detrás de su contrincante durante dos sets, siendo capaz de remontar y ganar el partido.
Todo ello nos lleva a considerar esta victoria como extraordinaria ya que, únicamente haber alcanzado el nivel para volver a competir después de lo que le había sucedido, demuestra por su parte una fortaleza mental y capacidad de sacrifico enorme, cuanto más llegar a la final del torneo y ganar remontando un resultado desfavorable. Lo que nos ha demostrado con su victoria y de lo que todos podemos aprender es lo siguiente:
– La importancia de la capacidad de gestionar las emociones ya que afrontar una lesión y la consiguiente recuperación sin saber si podría volver a jugar es extraordinariamente difícil anímicamente.
– La pasión que siente por el tenis que hace que ponga todo sus recursos para conseguir el objetivo marcado.
– La capacidad de focalizarse en su objetivo sin sentirse abrumado por la posibilidad del fracaso.
– No darse por vencido a pesar de haber salido de una lesión y de llevar dos set perdidos.
Por último, un valor que destaca en Nadal y que es el más importante de todos: la humildad. Ha ganado pero si hubiese perdido habría dicho que hoy no ha podido ser, que hemos hecho todo lo posible pero el contrincante fue mejor y que seguiremos intentándolo.
Posiblemente cuando leas esto pensarás que Nadal es Nadal y que cuenta con un equipo y unos recursos de los que carecemos los demás y, por tanto, esto no puede aplicarse a la carrera profesional de las personas normales. El Nadal que llevamos dentro significa que si bien lo primero es cierto, la gestión de las emociones, el esfuerzo y el sacrificio son cualidades personales que todos podemos cultivar.
Está claro que esta gestión no garantiza lograr siempre los objetivos perseguidos pero no lo es menos que aumenta exponencialmente nuestras posibilidades de alcanzarlos y nos capacita para recuperarnos ante el fracaso y continuar intentándolo. No podemos perder de vista que la vida es una colección de victorias y derrotas en las que el esfuerzo y capacidad de superación son las claves para que las primeras sean más que las segundas y éstas nos pesen menos.
Como colofón a este artículo quiero dejar reflejada la opinión de Conchita Martínez que resume perfectamente estas reflexiones: «Ha sido otro partido épico de Rafa y otra vez haciendo historia. Esto es lo que caracteriza a Rafa. Es un luchador nato y nunca deja de creer en sí mismo durante todo el partido y, sobre todo, no deja de luchar una bola».