La motivación es una de las habilidades más importantes en la gestión de los Recursos Humanos que está directamente relacionada con la rotación del personal en la empresa y, por tanto, con el desarrollo y crecimiento de la misma. Podemos definir la motivación como el proceso que impulsa a la persona a actuar de una determinada manera. En esete artículo analizaremos la motivacion como ingrediente esencial del éxito.
La motivación se puede considerar de varias formas:
Por un lado está la motivación interna, que es la que viene del interior del individuo. Este tipo de motivación es esencial ya que sin ella, por mucha motivación externa que se le proporcione, los resultados serán escasos.
Por otra parte, se encuentra la motivación externa que está relacionada con recompensas externas como puede ser el reconocimiento.
También podemos diferenciar entre motivación positiva o negativa, es decir , la que impulsa a la persona a adoptar una determinada conducta para obtener una recompensa o evitar una consecuencia desagradable.
Por tanto, es evidente que la motivación requiere ser “alimentada” para mantenerla en unos niveles adecuados y de forma sostenida en el tiempo. Ello nos lleva a plantearnos de qué herramientas disponemos para lograrlo. La más eficaz es el establecimiento de un adecuado plan estratégico en el que se defina claramente cuales son nuestros objetivos, los recursos que necesitamos para alcanzarlos y su temporalización. Esta herramienta es igualmente válida para el ámbito empresarial y el personal.
Además podemos tener en cuenta una serie de tips que nos ayudarán a mantener y alimentar nuestra motivación en el día a día. Entre otros podemos destacar:
– Focalizarnos en los objetivos y en las cuestiones que nos aporten valor añadido, evitando las tareas que nos impiden la consecución de nuestros objetivos y que nos hacen perder energía.
– Ser disciplinados y esforzarnos por la consecución de los objetivos planteados:
no se puede considerar el esfuerzo como una perdida de tiempo o lastre sino como el factor que nos ayuda a llegar a donde queremos o que, por lo menos, nos acerca a nuestros objetivos.
– Considerar el fracaso como una herramienta de aprendizaje,
no perdiendo el tiempo en lamentaciones por no conseguir nuestros objetivos. De los errores se aprende aun más que de lo éxitos.
– No quedarse paralizado por el miedo o la frustración: debemos siempre seguir adelante y dar pasos, aunque sea pequeños, en la dirección que queremos seguir.
– Ser positivo al valorar los logros. El positivismo no consiste en estar siempre alegre sino en pensar que se pueden afrontar las adversidades y continuar avanzando. En los momentos de desánimo es positivo reflexionar sobre las situaciones que te hayan marcado positiva y negativamente en la vida. ¿Qué factores nos motivaron para lograr los objetivos y ayudaron a superar los aspecto negativos? ¿Cómo no sentimos en esos momentos? Piensa que si se han conseguido situaciones similares anteriormente, no hay razón para no volverlo a hacer en el momento actual.
– Tener una red social amplia que nos ayude a continuar en los momentos que falla el ánimo.
De todo ello podemos deducir la importancia de la motivación como ingrediente esencial del exito en la consecución de objetivos.
Finalmente, hay que tener en cuenta que todo lo relativo a la motivación está relacionado con los propósitos vitales de los individuos y la búsqueda del camino que quieren recorrer. En ocasiones esto implicará realizar tareas o trabajos que, en sí mismos, ni nos agradan ni nos motivan pero que son necesarios para nuestro entorno privado o laboral. En estos casos la motivación es más compleja pero ayuda comprender que tendremos que hacer cosas que no nos atraen para conseguir nuestros objetivos o el de las organizaciones en la que estamos inmersos. Ante estas situaciones debemos tener en cuenta las palabras de Wisnton Churchill: no hagas las cosas que te gustan, haz que las cosas que haces, te gusten.